Efesios 6:4, Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
Los astutos observadores de la cultura norteamericana comentan que la sociedad está desintegrándose por la falta de hombres fieles en los hogares. Aproximadamente 80% de los encarcelados crecieron en hogares sin padre.
Para el día del padre este año, se estrenó un documental titulado, “Las Calles Eran mi Padre,” el testimonio de tres hombres ex-encarcelados. Los tres crecieron sin padre o con un padre alcohólico y criminal sin interés en la familia. Gracias a Dios, los tres ahora son cristianos, alcanzados por la gracia de Dios.
Uno de los tres comentó que su padre y abuelo crecieron igual, tres generaciones sin padre. El que creció con un padre alcohólico dijo con lágrimas, “Anhelaba tener a un padre que me disciplinaba, un padre que me decía, ‘Hijo, lo que hiciste fue mal.’” Este problema no es único a los EEUU. Hay demasiadas familias en nuestros pueblos sin padre hasta la segunda y tercera generación.
Lo que los “astutos” no reconocen es que la causa de este problema es el rechazo del orden social de Dios cimentado en la familia. Por eso, no tienen soluciones que sirven, sólo soluciones estatistas. Más leyes, más intervención del estado en los asuntos de la familia. El DIF ha reemplazado a la iglesia y al pueblo de Dios.
Santiago 1:27, La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo
El mundo moderno quiere un orden social piadoso sin Dios, una civilización cristiana sin Cristo. No es algo novedoso en la historia del hombre. No hay nada nuevo bajo el sol.
El Estado quiere reemplazar a la familia. Tenemos leyes “liberales” que animan a las mujeres de casarse con el Estado. Nuestros sistemas de la educación pública enseñan a los hijos desde chiquito que la perversión sexual es la nueva norma. Es un ataque directo a la familia y contra el orden social de Dios.
Según la Ley de Dios, el adulterio es un delito que merece la pena de muerte. ¿Es realmente sin sentido y el producto de la superstición? No. La infidelidad sexual en todas sus formas, desde el adulterio hasta la sodomía, es una traición al orden social de Dios. El Estado mesiánico no tolera la traición tampoco y la trata con pena de muerte.
Cualquier orden social que llama bien lo que Dios llama mal y mal lo que Dios llama bien está destinado para la destrucción. Así dice el Señor. El que tiene oído debe oír.
Hombres padres, somos importantes a nuestras familias. Considerado la condición de la familia moderna, ¿qué o a quién honramos en el día del padre? Pues, felicidades a los padres fieles a Dios y a sus familias. A todos, aún a los que han abandonado a sus familias, les reto tomar en serio la comisión que pactamos en la presencia de Dios y muchos testigos cuando nos casamos. Debo incluir a los padres biológicos que nunca han tomado en serio su responsabilidad para sus hijos y sus madres.
¡Adelante mis valientes! El futuro mejor que soñamos para nuestros pueblos empieza en la familia. Que seamos los líderes espirituales de nuestras familias, justos y cariñosos gobernantes y fieles a Dios y a nuestros queridos. ¿Cómo podemos ser líderes espirituales y gobernantes justos si no estudiamos la Palabra/Ley de Dios. Nunca es tarde para empezar a hacer lo correcto.
Proverbios 3:11–12, No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, ni te fatigues de su corrección; porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere.