El aspecto escatológico de Job
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Es común centrar nuestra atención en el sufrimiento de Job y e incluso hacer un paralelo con nuestras situaciones difíciles en la vida, pero algo que dejamos de lado es el aspecto escatológico y esperanzador y hasta me atrevería a decir que posmilenial del libro.
No debiéramos tampoco verlo como una historia oscura con un final feliz, pienso si hay muchos aspectos difíciles de digerir y muchos “porqués” que surgen naturalmente en nuestra mente que sin duda pueden distraernos del aspecto esperanzador del libro.
En si el libro rompe con mitos que se han construido sobre como supuestamente debería ser la vida del cristiano, los cuales se alejan de una vida que debe abrazar la fe sin importar las circunstancias. Así como los amigos de Job hemos tragado la mentira de que el cristiano no debe sufrir y si lo hace es solo porque ha hecho mal y Dios le está castigando por ello, y que Dios puede ser juzgado o debe rendir cuentas al hombre, no hay nada más alejado de la realidad que esto.
Un aspecto central que debemos tener siempre presente es el que nuestro Señor es el Señor de la historia, y reducir el propósito del libro al aspecto personal solamente es errar en el blanco. En si el releer Job teniendo esta realidad de que Dios es dueño de la historia, lo que antes era difícil de digerir ahora es certeza y esperanza en el futuro.
Es muy interesante en el primer capítulo notar la fe de Job, una fe que para nada tiene que ver con lo místico, sino que podemos ver la naturaleza integral de su fe, el hecho de hacer sacrificios en nombre de él y sus hijos muestra el entendimiento de la ley en sí, el entendimiento de la previsibilidad de las sanciones como las bendiciones es lo que caracteriza su manera de vivir alejado del mal. Un entendimiento deficiente de este aspecto se verá reflejado en la manera de vivir de cada uno, esto precisamente es lo que distinguía a Job de los demás. Y aunque esta previsibilidad de las sanciones y bendiciones fue nublándose en la mente de Job a medida de que él sufría, Dios seguía en control.
La cosmovisión cristiana es una cosmovisión coherente y consistente con la realidad, la previsibilidad de sanciones y bendiciones son pilares que sostienen esta cosmovisión, ya que sin ellas es inevitable caer el nihilismo, que es precisamente a donde se dirigía Job, ¿qué sentido tendría vivir vidas éticamente apegadas a lo que Dios demanda si las consecuencias serán inciertas? En el primer capítulo le vemos confiado y descansando en la previsibilidad de las sanciones al sacrificar por él y por sus hijos, sabiendo que el hacer lo correcto y alejándose del mal traerá bendición y que el pecar en contra de Dios traerá sanciones, en el capítulo 3 y en adelante estos pilares comienzan a tambalearse, porque para Job el no tener ya la certeza de cómo funciona el sistema de sanciones y bendiciones le hizo entrar en desesperación.
Esta incertidumbre es con la que tiene que convivir el incrédulo en su día a día, dependiendo del azar, sin esperanza en la justicia, sin verdad. Job creía en un Dios trascendente, soberano que se distingue de su creación, pero en un Dios inmanente que actúa y que se relaciona con su creación ya no tanto. Y cuando nos adentramos en esto es cuando podemos apreciar los matices de la angustia de Job, mucho más allá del sufrimiento físico.
Hay una realidad económica que debemos tener presente… Dios es dueño de todo, y como el dueño Él actúa sobre su creación según su perfecta voluntad, él no debe ningún tipo de explicación a sus criaturas. La restauración de Job deja clara la vigencia del sistema de sanciones y bendiciones y no solo eso sino que también de que la voluntad de Dios es perfecta y que la mente de Dios no es como la nuestra. A través de la tribulación de Job, él, sus críticos y Satanás fueron puestos en su debido lugar, y que estas verdades acerca de Dios están allí para que confiemos en el Dios de la historia.
Que el postrer estado de Job haya sido mucho mejor que el anterior refuerza el hecho de que la historia y el futuro le pertenecen a Dios y a Su pueblo y que por medio de diferentes circunstancias difíciles y tribulaciones Dios es revelado, sus enemigos derrotados y su Reino establecido.
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