Principio 1
Parte I
Cuando choco con alguien, tiendo a echarle la culpa en la otra persona. Creo que esta tendencia es común y es de lo que Jesús habló en Mateo 7:1, “No juzguen para que no sean juzgados.” ¿Por qué soy tan renuente reconocer mi parte? Jeremías 17:9 dice que el corazón es incurablemente engañoso. Es decir, a pesar de lo que me dice mi corazón, sé que he contribuido al conflicto. Aún si de verdad sólo tengo 10% de la culpa, mi parte es 100% pecado y 100% mío.
Jesús siguió su mandato de no juzgar con estas palabras duras, “!Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.” (Mateo 7:5) Tal vez lo que a mí me parece 10% culpa mía sea en realidad 50%, 70% o aún 90%.
Para sacar la viga de mi ojo, primero tengo que identificar mi viga y luego confesar mi pecado. Son tres tipos de vigas: actitudes, palabras y acciones pecaminosas.
Las actitudes pecaminosas pueden ser deseos que son intrínsicamente pecaminosos como el orgullo, el deseo carnal, la avaricia o el odio. (Mateo 15:19) Pero también pueden ser cosas buenas que deseamos demasiado; y creemos que nunca estaremos satisfechos sin ellas como el respeto, el éxito en el mundo o la venganza.
Las palabras pecaminosas incluyen palabras duras, imprudentes o despectivas (Proverbios 12:18; 15:1; Efesios 4:29), quejas y murmuraciones (Filipenses 2:14; Santiago 5:9), mentiras, decepciones y distorsión de la verdad (Éxodo 20:16; Proverbios 24:28), chisme (Proverbios 11:13; 16:28; 20:19; 26:20; 1 Timoteo 5:13) y calumnia (Levítico 19:16; 2 Timoteo 3:3; Tito 2:3).
Además de los pecados obvios, las acciones pecaminosas abarcan el faltar a su palabra (Mateo 5:37; Salmo 15: 1, 4), falta de respeto frente autoridad (Marcos 10:42-45; Romanos 13:1-7; 1 Pedro 2:18-25), y no tratar a los demás como quisiéramos ser tratado (Mateo 7:12).
En la siguiente plática, (Parte II) hablaremos sobre los ídolos del corazón que nos afligen tanto. Mientras, examina tu corazón a ver si no encuentras una viga. En la Parte III de esta serie, platicamos de la cura para el corazón engañoso, la confesión.
Respondiendo de Manera Bíblica a los Conflictos
Basado en el libro El Pacificador por Ken Sande, RDM, Springfield, Missouri, 1997 (En Español 2000).