Por Roger Oliver
¿Qué es el Reino de Dios? Es una pregunta legítima. El Reino de Dios es un orden social estructurado por la Ley de Dios y fiel al Pacto de Dios. Es un mensaje que permea toda la Biblia.
Está en la primera frase de la oración que Jesús enseñó a sus discípulos, “Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” Mateo 6:10. Es el tema de los sermones de Jesús, Mateo 4:17, “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado (está a su alcance).” Está en las parábolas que empiezan, “El Reino de Dios es como…” Está en la gran comisión,
“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Mateo 28:18-20
Está en el misterio proclamado en Efesios 3:6, “que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio.”
Otros pasajes que vienen a la mente, Colosenses 1:15-20; Filipenses 2:5-11 (especialmente el versículo 11); 1 Corintios 15:25; Salmo 2; Salmo 110; Hebreos 1; Apocalipsis 11:15, “Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”
La iglesia no es el Reino de Dios aunque es parte. El papel de la iglesia en el Reino es tal vez mejor resumido en Efesios 3:10, “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales.” El dualismo que ha infectado el pensar de la mayoría de nosotros, los cristianos, va a malinterpretar este versículo para significar las autoridades místicas que operan sólo en los lugares celestiales. Pero operan en el universo visible y material no solamente en el universo invisible o en el futuro y operan por medio de los reinos terrenales humanistas en rebelión contra Dios y su Ungido (Salmo 2). El Reino de Cristo no es de este mundo en el sentido que no es un reino como los sistemas humanistas y estatistas según el patrón de la Torre de Bable pero es ciertamente en este mundo.
El otro día en nuestra fábrica de muebles aquí en Puebla estábamos escuchando la radio (mientras trabajábamos por supuesto). Cada media hora hay un anuncio pagado por el gobierno federal contándonos todo lo que está haciendo nuestro gobierno para salvarnos. También hay constantes comentarios acerca de la corrupción en el sistema político aquí. Dos personajes estaban platicando de la noticia, específicamente que el congreso va a poner nuevas leyes para controlar la corrupción. Esto es la santificación por la ley humana y nunca cambia nada. Es un congreso de zorros gobernando el gallinero. Uno de los comentaristas reconoció esto y dijo, “¿De qué sirve pasar nuevas leyes para controlar la corrupción del mismo congreso? Ya tenemos el mandamiento, “No hurtarás.” ¿Qué más necesitamos, si no obedecer el mandamiento?”
Esto es una buen ilustración de cómo es el Reino de Dios. Es el autodominio de las personas según la Ley de Dios, la obediencia a la Ley de Dios desde el individuo, la familia, las iglesias, los negocios, las instituciones locales hasta el gobierno civil en todos los niveles. El papel del gobierno civil está limitado a castigar a los malos según la Ley de Dios.
Cuando el mexicano habla de la corrupción normalmente está hablando de la corrupción de la clase política, el mal uso de los fondos políticos recaudados por medio del sistema de impuestos. Siempre vota para tomar de unos y darle a él. El mandamiento es, “No hurtarás si no por voto de la mayoría para robar de unos para dar a otros.” Esto es despojo legalizado, la injusticia organizada. Se enojan cuando no reciben su parte del despojo. Nuevas leyes contra la corrupción en la distribución no sirven para frenar la corrupción mientras un pueblo corrupto siga votando por el despojo detrás de las promesas políticas que jamás se pueden cumplir.
¿Cómo sería diferente el Reino de Dios? Un orden social bajo Dios reconoce que la ley aplica a toda la vida. El pueblo va a dejar de pedir de su ídolo el dios de gobierno, el dios Mamón, lo que el Dios de los cielos solamente puede proveer. Dejarán de votar para el despojo por voto de la mayoría. Cuando esto sucede, Dios va a prosperar a México grandemente.
“Padre nuestro, venga tu Reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.”