Hay una frase muy conocida que dice “Nadie te enseña a ser buen padre” y creo que de cierta manera esta frase sirve como un pretexto para justificar los errores en la educación de nuestros hijos. Pero si tomamos en serio la Biblia como el manual de vida, donde se puede encontrar la sabiduría para poder vivir, no habría necesidad de excusarnos con dicha frase porque realmente lo que nos enseña la Biblia es a ser buenos padres, ahí es donde encontramos los ingredientes y las herramientas para desempeñar esta gran tarea.
La educación normalmente la limitamos a la esfera “académica” a las matemáticas, la historia, la química, etcétera, pero si algo nos dice la Biblia es que la educación abarca mucho más que eso, claro que son importantes las matemáticas y la química, pero no son todo lo que abarca la educación. La educación es “cosmovisional” y es un término que me gusta bastante porque nos deja ver que su propósito es el de plasmar en la mente del niño la manera de interpretar y ver la realidad.
He tenido la oportunidad de conocer tanto jóvenes como adultos muy inteligentes en lo académico, pero con una perspectiva de la vida, humanista y nada bíblica. Muchos padres se enfocan en dar la mejor educación académica buscando los mejores programas, pero a su vez descuidan el aspecto cosmovisional de la educación, y esto es muy grave. Es como si enseñamos a nuestro hijo a manejar un auto, pero no le enseñamos que hay aspectos importantes de los cuales debe saber pero sobre todo atender, como el mantenimiento del auto. Posiblemente le sea útil por un tiempo, pero tarde o temprano se encontrará con problemas de todo tipo si nunca fue instruido en la otra parte también.
Andrew Sandlin acertadamente dijo:
“Las ideas tienen consecuencias, las malas ideas tienen malas consecuencias, y las malas ideas teológicas tienen las peores consecuencias de todas.”
La educación al tener este aspecto tan total abarca muchas áreas que sería imposible abordar cada una de ellas, sin embargo, en esta ocasión quisiera enfocarme de una manera sencilla y breve al aspecto del gobierno.
Sería bueno comenzar con el entendido de que “gobierno” no necesariamente es lo mismo que “gobierno civil” hay un malentendido en esta parte porque cuando mencionamos la palabra “gobierno” pensamos automáticamente en el Estado como el centro de todo gobierno, pero la Biblia nos enseña que no solamente el gobierno civil es a aquel al que le debemos adjudicar este nombre; la Biblia nos habla de 4 tipos de gobierno principalmente:
- El autogobierno
- La Familia
- La Iglesia
- El gobierno civil
Así que cuando hablemos de “gobierno” debemos pensar no en el Estado sino en los muchos gobiernos que la Escritura nos marca y aquellos subordinados a estos. El negar los muchos gobiernos nos pone en la penosa situación de esperar que alguien asuma el rol que legítimamente les fue conferido a las demás esferas de gobierno.
1 de Samuel 8 es un retrato fiel de lo que sucede cuando se rechaza al Dios de la Biblia y su estructura de “gobiernos”, como se lee y vimos, alguien más tomará el rol de autoridad última y total, en el tiempo de Samuel fue el rey, en nuestro caso, el Estado.
No olvidemos que la familia es la primera Iglesia y el primer gobierno civil del niño, ahí es donde él aprenderá los principios básicos sobre el gobierno, funciones y límites de estas esferas. Si no tomamos la Biblia en serio sobre todo en este aspecto, podemos encontrarnos en la situación de estar enseñando deliberadamente que la tiranía es aceptable y que es normal. Entonces, si dentro de la familia es donde el niño aprende de primera mano qué es el gobierno civil, debemos comenzar con el hecho de que el niño debe entender que hay muchos gobiernos y cuando se habla de “gobierno” en singular, es porque estamos haciendo referencia al gobierno de Jesucristo:
Pues nos ha nacido un niño,
un hijo se nos ha dado;
el gobierno descansará sobre sus hombros,
y será llamado:
Consejero Maravilloso, Dios Poderoso,
Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Su gobierno y la paz
nunca tendrán fin.
Reinará con imparcialidad y justicia desde el trono de su antepasado David
por toda la eternidad.
¡El ferviente compromiso del Señor de los Ejércitos Celestiales
hará que esto suceda! Isaías 9:6–7.
Jesucristo es el único en quien descansa “El” Gobierno, esto significa que su soberanía abarca los demás gobiernos, individuos y naciones, este es el primer paso para entender sobre la esfera del gobierno civil, o sea, el gobierno civil está bajo la autoridad de Cristo, porque es un “siervo” de Dios, y su función está limitada a la administración de la justicia (Romanos 13:4).
Esto nos quiere decir que no solo el gobierno civil, sino el familiar se encuentra bajo la autoridad de Cristo, los padres como servidores de Dios, deben enseñar que incluso su autoridad dentro de la familia es limitada y sujeta a lo establecido en la Biblia. El ejercer la autoridad bíblica implica la instrucción para que aquel sobre quien se ejerce autoridad sea apto para ejercer el autogobierno. Si la autoridad no enseña o promueve el autogobierno, sino que a su vez promueve la dependencia y el gobierno ilimitado es una autoridad que fomenta la tiranía. Y si, esto se puede dar en casa.
¿Qué es el autogobierno?, Gary DeMar dice:
“El autogobierno es sinónimo de autocontrol, el individuo autogobernado es aquel que puede regular sus actitudes y acciones sin la necesidad de coerción externa”1
Esto es precisamente lo que las autoridades en cualquier esfera (incluyendo el hogar) deben buscar primordialmente, el autogobierno del individuo.
Es importante hacer notar que el autogobierno cristiano está fuertemente ligado a la regeneración, un individuo regenerado es aquel capaz de autogobernarse, ahora la pregunta sería ¿un no regenerado puede autogobernarse? En cierta manera sí, pero con la ayuda externa de la autoridad y de la ley, en este caso la Ley de Dios.
“Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, 10 para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina,” 1 Timoteo 8-10
Si en casa fallamos en enseñar sobre el autogobierno dejamos la puerta abierta a la dependencia del Estado. El individuo que no se autogobierna busca en un agente externo su propia regulación, en este caso, el Estado entra al juego como aquel agente que regula toda esfera de la vida, y esto ha avanzado a tal grado en nuestros días que nos es imposible pensar en cualquier área de la vida en la que podamos vivir tranquilos sabiendo que no hay permiso o regulación por parte del Estado.
Mencioné que según Romanos 13 la función del gobierno civil es la administración de la justicia, ahora bien, el que esta esfera de gobierno funja como siervo de Dios no quiere decir que no esté libre de la influencia del pecado, de tal manera que la justicia puede verse afectada por este problema, es por esto por lo que el gobierno civil bíblico es una esfera “descentralizada” esto quiere decir que la autoridad no reside en una oficina o individuo solamente, sino que en varias “cortes de apelación”.
Ahora, estas cortes de apelación tienen su origen en Éxodo 18:18-22, y su función es la de facilitar la aplicación de la justicia y la de tener un medio de apelación en caso de un procedimiento o una resolución dudosa, 2 de Crónicas 19:8-11 vemos un ejemplo de cómo las cortes de apelación juzgaban según la ley de Dios y de como siempre culmina con un juez quien en caso de haberse apelado previamente la resolución en algunas de estas cortes, este juez daría la resolución definitiva, la cual debía acatarse sí o sí.
Las cortes de apelación como leemos en 2 de Crónicas 22 culmina con una corte suprema, aunque su decisión debía acatarse, la última corte de apelaciones es con el Juez Supremo, Dios mismo, esta es la confianza del creyente, que a pesar de vivir en un mundo caído podemos esperar justicia perfecta en el Señor.
Bien, pues este principio es aplicable no solo en el ámbito civil sino en el ámbito familiar también, dentro de casa podemos incorporar este sistema de cortes de apelación, los padres como los jueces deben seguir el mismo principio de juzgar todo según la ley de Dios, y deben reconocer que una resolución puede estar sujeta a apelación, obviamente con respeto y bajo argumentos dentro del marco de la ley de Dios, por ejemplo, la madre puede haber juzgado un caso entre los hermanos, y tal vez su resolución es dudosa, en este caso el acusado o la víctima puede apelar al juicio del padre, y con bases dentro de la ley de Dios, este juez deberá, ya sea reforzar el juicio de la madre o dar una resolución más apegada a la justicia que requiere la ley de Dios.
Aunque la justicia perfecta es imposible en un mundo caído, no podemos utilizar la falibilidad del proceso para anular todos los tribunales, los hijos deben saber que puede haber fallas en el juicio y la resolución, sin embargo, deben aprender a descansar en la justicia de Dios.
En resumen, debemos enseñar a nuestros hijos el autogobierno cristiano lo cual es básico para la libertad, de la misma manera enseñar que la aplicación de la justicia dentro de casa y en lo civil debe ser según la ley de Dios, que la esfera de la familia y el gobierno civil aunque son dos esferas distintas se rigen bajo la misma Ley y que sus miembros son siervos de Dios. Debemos enseñar que la familia funciona como modelo de lo que el gobierno civil debe ser, en cuanto a sus funciones y limitaciones, así como la búsqueda constante de la justicia. Y por último sobre las cortes de apelación, el principio de éstas es la búsqueda de la justicia, no mi justicia y que se debe descansar en la soberanía de Dios, Él es quien tiene la última palabra en todo juicio. El fin de todo esto es capacitarlos a ser jueces que sepan juzgar todo asunto de la vida.
Establecer los cimientos de un orden social bíblico desde casa es por mucho más efectivo que el querer establecerlos por medio de la política y otros medios, en casa es donde comienza el trabajo de reconstrucción.
1 “God and Government Vol.1” Gary DeMar.