Por Roger Oliver
Algunos todavía insisten que el marxismo es ciencia, especialmente los académicos. Pero el marxismo tiene todas las características de una religión: una teoría del conocimiento, una literatura autoritaria, una teoría de las relaciones históricas, una cosmología, una jerarquía de valores y una escatología. Esta definición de religión es de un libro muy interesante que quiero traducir, que es: “Idols for Destruction”. El autor de este libro también menciona lo siguiente: “Se cree que para llamarla una religión su fin tiene que ser Dios. Pero quien tiene una jerarquía de valores tiene algo a su ápice y lo que sea que es es el dios que sirve. El Antiguo y Nuevo Testamentos llaman tales dioses ídolos y proveen suficiente razón para afirmar que tales sistemas que les dan lealtad son religiones.”
Lo que Marx dijo que iba a pasar no pasó. Para rescatar una teoría muerta intelectualmente inventan explicaciones y maneras de avanzar la teoría rehusado examinar el error fundamental: el materialismo. Así nació la escuela de Frankfort y esta idea que el capitalismo es una etapa en la evolución que va pasando, que está en su etapa de decadencia. Interesante pregunta, ¿según cuál norma es decadente y según cuál norma proponen cambios?
La evidencia más convincente de que el sistema académico que apoya el marxismo es una idolatría, es que no permite al candidato para el doctorado evaluar las ideas marxistas desde la perspectiva de otra religión, por ejemplo las presuposiciones cristianas. No permiten una evaluación, demandan que el estudiante apoye su religión o no conceden el título. Es adoctrinamiento. Es producto del mito de la neutralidad y la guerra espiritual.