Mi esposa Dorothy y su amiga Grayce Flanagan estaban discutiendo los problemas creados en algunas iglesias por los miembros que se niegan a crecer. Me gustaría poder haber grabado sus comentarios! Dorothy lo resumió mediante la descripción de tales personas como adictos a la chatarra espiritual.
El mes pasado, en uno de mis cuatro viajes, algunos pastores me hablaron de sus problemas con este tipo de personas. Se niegan a crecer, y están enojados con el pastor, a veces llamándolo “no espiritual” o “sin amor”; si turba sus conciencias. Mientras tanto, se sienten libres de turbar al pastor y a la iglesia.
La Sagrada Escritura nos dice que algunas personas se resisten cada vez más;y quieren permanecer en la leche en vez de madurar a la carne (Heb. 5: 12-14).
Tenemos algo mucho peor cuando la gente no quiere leche ni carne, sino chatarra espiritual. Estos adictos son hostiles a la fiel predicación de la Palabra. Ellos no quieren la madurez en Cristo; más bien, vienen a Jesús, no como Señor y Salvador, sino como un agente de seguros de vida y fuego para mantenerlos fuera del infierno. Hace unos cincuenta años, un pastor describió a estas personas como los no cristianos que creían en una religión de repuesto de neumáticos. Todos nos sentimos más seguros si tenemos un neumático de repuesto en el maletero cuando se conduce alrededor, y nosotros tememos toda esperanza de que nunca tendremos que usarlo. Así que muchas personas tratan al Señor de esta manera: Lo quieren solo a Él como un neumático de repuesto, en caso de emergencia y no más. Esto no es fe cristiana; es paganismo. Los verdaderos creyentes dicen al Señor: “Habla, por qué tu siervo oye”(1Sam.3:10)
Rushdoony, R.J. (2011). A WORD IN SEASON. Vol.3. Chalcedon/Ross House Books. Vallecito, California. (P.P.50-51)