VISIÓN AMÉRICA LATINA

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Santa Claus en Nicea

Durante estos días en que celebramos el nacimiento de Jesús tenemos que tratar con una historia que compete con la historia de la encarnación de nuestro Rey y Salvador. Más bien, tenemos que tratar con una historia piadosa recubierta con varias capas de la necedad humana. Déjenos remover estas capas y preguntar, ¿quién era el Santa Claus original?

San Nicolás - Santa ClausSan Nicolas de Myra (una ciudad en lo que es hoy Turquía) fue un obispo del siglo cuatro (300-399 después de Cristo). En este siglo en la iglesia se llevaron a cabo dos concilios muy importantes, el Concilio de Nicea (d.C. 325) y el Concilio de Constantinopla (d.C. 381).
Durante estos dos concilios la iglesia aclaró lo que siempre había creído, que nuestro Dios es un Trino Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Pero, ¿Porque forma parte de las leyendas acerca de San Nicolas de Mira?, cabe explicar que fue un asunto tratado en el concilio de Nicea. Además es de suma importancia a nuestra historia verdadera de la navidad. En la iglesia temprana, algunas personas creían que Jesús no era totalmente Dios o que no había existido eternamente. Al fin, la iglesia convocó un concilio en Nicea en 325 d.C. para hablar del asunto y tratar de entenderlo mejor. Arrio y Atanasio (entre otros) representaron los dos puntos de vista predominantes.

Arrio sostuvo que Jesús no había existido eternamente sino que el Padre había creado a Jesús de la nada. Arrio afirmó que Jesús no podía ser de la misma sustancia que el Padre.
Atanasio explicó que Jesús es de la misma sustancia que el Padre. Aseguró que Jesús es eterno e igual en poder y gloria al Padre. ¿Por qué creía esto? Porque Jesús lo dijo (Juan 8:58), y si Jesús no fuera quien dijo ser, entonces no podría habernos salvado de nuestros pecados. Atanasio creía la Palabra de Dios. Sabía que siempre podía confiar en Dios.

El concilio discutió las dos posiciones y concluyó que Atanasio tenía la razón. Escribieron un credo que explica nuestra doctrina de la Trinidad. A la pregunta, ¿cuántas personas hay en la Divinidad?, el credo explica que hay tres personas en la Divinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; y estas tres personas son un solo Dios, las mismas en sustancia, e iguales en poder y gloria.

San Nicolas de Mira era reconocido por su bondad hacia los necesitados y los niños. Heredó una fortuna que dio para establecer orfanatorios, hospitales y asilos para los mentalmente enfermizos. Las leyendas de su generosidad se difundieron, e incluyeron historias del obispo repartiendo regalos en secreto por la noche.

Durante su vida el famoso concilio de Nicea se reunió y, de acuerdo con una leyenda, el muy ortodoxo Nicolas dio una cachetada a Arrio por su blasfemia. Según esta leyenda, Nicolas perdió su puesto como obispo por esta infracción del decoro pero luego fue restaurado como resultado de una visión.

Debe ser obvio a nosotros como Protestantes que el desatino medioeval de la veneración de los santos ya estaba obrando aquí. El hombre llegó a ser un obispo y el obispo un santo en el sentido medioeval. En los primeros siglos de la historia de la iglesia la veneración de los «santos» y la dedicación de iglesias a su nombre comenzó con el culto a los mártires de la fe cristiana. Después se extendió a quienes habían muerto con fama de santidad. Luego comenzaron a proliferar las fiestas de la Virgen María, la madre del Salvador. Se comenzó a dar culto indiscriminado a «santos de fábula o leyenda» que nunca existieron. Como respuesta a las supersticiones acerca de la gente buena pero difunta y los mitos la iglesia de Roma desarrolló el sistema de beatificación y canonización. [3]

Una respuesta adecuada hubiera sido regresar a la Biblia, según la cual todos los creyentes somos santos, no por lo que hemos hecho ni por el voto de un comité de autoridades eclesiales, sino por la declaración de Dios de una relación de pacto con Él en su Hijo, Jesucristo. Somos apartados para Dios para ser santos y declarados santos en Cristo y esto se refiere a todos los creyentes. Por ejemplo Pablo dirije la carta a los efesios de la siguiente manera: “a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso.”
Somos santos (declarados justificados en Cristo) y llamados a ser santos (el proceso de la santificación, crecer en obediencia a todo lo que Jesús nos ha mandado, es decir toda su Ley).

Las historias y leyendas de San Nicolas de Myra se difundieron acerca de su habilidad para continuar con su generosidad, aunque ya había estado mucho tiempo en la presencia del Señor. Las historias tenían muchas variaciones pero la generosidad era el corazón de todas.

Estas diferentes versiones de la narrativa llegaron a América de muchas diferentes direcciones y fueron asimilados por nuestras culturas del Nuevo Mundo. Los escandinavos llevaron su concepto de él como un elfo. Los holandeses llevaron su nombre para San Nicolas Sinterklaas. En 1808, el autor norteamericano, Washington Irving, escribió una historia del él como un holandés jovial. En 1822 un poeta llamado Moore nos dio el poema, La Noche Buena (The Night Before Christmas) cambiando los caballos y carro que Washington Irving le había dado para los renos y su trineo. Luego en 1863 el famoso caricaturista, Thomas Nash, nos dio la concepción popular que vemos en todos lados hoy, especialmente en los anuncios de Coca Cola.

El detalle para nosotros no son las medias al lado de la chimenea u otras costumbres inocuas. Lo importante que aprendemos de esto, es que, si no contamos nuestras historias con fidelidad, gradualmente van a cambiar con el tiempo hasta que no se puede reconocerlas. Con una historia como esta – una que en las mentes de muchos ha suplantado la historia del niño Cristo Jesús – tenemos que recordar que San Nicolas de Myra probablemente le hubiera pegado un porrazo a alguien por esto.

 

Adaptado de un artículo de Douglas Wilson [1] y los principios básicos de la fe cristiana [2]


[1] Douglas Wilson, God Rest ye Merry: Why Christmas is the Foundation for Everything, Moscow, ID, Canon Press, 2012, meditación del día siete del calendario del Adviento, posición 1295 versión Kindle.
[2] El Catecismo Menor de Westminster pregunta número 6. ¿Cuántas personas hay en la divinidad?
[3] Lacueva, Francisco, “Canonización de los Santos” Diccionario Teológico Ilustrado. Versión Logos, Tarrasa, Barcelona: Clie, 2001.

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