Por: José Sáez
“Pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia”
¿Es una prueba de que la ley no es vigente?
A menudo los cristianos quieren la voluntad de Dios, pero, lamentablemente no la quieren hallar en la ley de Dios. Algunos prefieren adoptar lo místico diciendo: “- que una voz celestial me hable al oído -”, otros ven la ley como una forma de buscar la salvación por obras, y prefieren el modelo de Jesús, un estándar de amor y perdón, como si fuera una ley diferente a la del Padre. Pero no importa cuál sea la excusa para abrogar la ley, lo importante es lo que la Escritura enseña al respecto.
En este artículo veremos el contexto de la frase que muchos usan para anular el estándar de Dios como modelo de vida. Miremos rápidamente esta frase encontrada en Romanos 6:14 “Pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia”. La interpretación más común entre los círculos cristianos es resumida de esta manera: “- antes en el A.T. la salvación era por obras, la edad de la ley; en cambio hoy en día estamos en la edad de la gracia, donde la salvación es gratuita -”; comunicándonos en su conclusión: – “la ley es anulada” -. Lamentablemente para ellos debo decir que, la voluntad de Dios se halla en Su Palabra-ley, lo que estoy diciendo en otras palabras es que: la ley sigue vigente como nuestra norma de vida, y esto es precisamente lo que Pablo está tratando en romanos 6. En este capítulo Pablo está comunicando que el creyente no es esclavo del pecado, o que el pecado no es su Amo. La primera evidencia que muestra de esta realidad es la siguiente:
1.- No estamos bajo la ley
Una persona al estar bajo la ley confirma que está sentenciado bajo pena de muerte, ya que sus obras son imperfectas, ha infringido la ley de Dios. ¿Cómo se le llama bíblicamente a esto? Nos responde 1 Juan 3:4 “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley”. Y cuál es la sentencia del pecado (infracción de la ley) Romanos 6:23 “Porque la paga del pecado es muerte…”. Esto es verdad, ya que la ley es santa, justa y buena (Ro. 7:12); en cambio el hombre no es santo, justo ni bueno (esclavo al pecado). Al estar bajo la ley, es estar bajo la condenación de Dios (Ro. 5:9, Ef. 2:3). Este es el punto clave, para el creyente la condenación es ejecutada por la obra de Cristo (pagó nuestra condena), pero debemos entender que Pablo no está anulando la obediencia a ella. El contexto lo confirma en el ejemplo que Pablo da en el capítulo 7: 2-4
2 Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. 3 Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera. 4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
Pablo está mostrando un caso de adulterio que en la ley es penalizado con la muerte, si la mujer casada se une con otro hombre, ella queda bajo la condenación de la ley por el adulterio, pero, si su marido muere, y ella quedando en el estado de viuda se uniere con otro hombre, ella no está bajo la ley porque no hay infracción, no hay adulterio. Por lo tanto, no hay condenación por aquello. Esta es la prueba del significado de estar bajo la ley (bajo condenación de parte de Dios), es por eso que esta frase “no estamos bajo la ley” no anula la obediencia a ella como lo muestra el verso 4, en Cristo no tenemos condenación, “para que seáis de otro” señala que nuestro Señor es Jesús y no el pecado, y este cambio de Amo se percibe por los frutos. Y este es el segundo punto que veremos a continuación, no somos esclavos al pecado porque estamos bajo la gracia:
2.- “Sino bajo la gracia”
Que más sencillo definir la gracia con las palabras de Pablo en Romanos 8:1
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”
Bien, como se mencionó anteriormente, que en Cristo no hay condenación, y es en este punto donde miraremos más claro que la obediencia a la ley no es anulada, sino más bien es una consecuencia de la misma redención. Al estar en la gracia hay una obediencia eficaz hacia Dios, es por aquello que Pablo nos manda a presentarnos como “instrumento de justica” (Ro. 6:13), “obediente para justicia” (6:16), “siervos de justicia” (6:18), debemos “servir a la justicia” (6:19), y “tenéis por vuestro fruto la santificación” (6:22).
¿Cuál es el estándar de justicia en que debemos conducirnos? La ley de Dios es el único estándar que define el bien y el mal. Miremos el contexto en Romanos 6: 15 “¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera”. En otras palabras Pablo nos está diciendo: “Como la ley de Dios ya no nos condena, pues, vivamos infringiéndola (pecando), pues en la gracia nada nos condena”. Esta es una conclusión errada, es por eso que Pablo responde fuertemente “En ninguna manera”, no hay anulación a la obediencia.
Como cristianos nuestra desobediencia a Dios trae consecuencia, pero nunca seremos condenados eternamente, es más, nos arrepentimos para seguir caminando en el estándar de Dios. La Palabra-ley de Dios muestra la manera de cómo debemos conducirnos, repito, es nuestro estándar, es ahí donde conocemos la voluntad de Dios para nuestras vidas.