Recientemente mi hijo me llamó pidiéndome un consejo en cuanto al manejo de conflicto. Quise decir, “Quiero ayudarte hijo pero estoy muy ocupado escribiendo un estudio sobre como manejar el conflicto bíblicamente.” ¡Que irónico!
Gracias a Dios, me acordó de los cuatro principios bíblicos de la pacificación: 1. Glorifica a Dios, 2. Saca la viga de tu propio ojo, 3. Restáurale gentilmente, y 4. Ve y reconcíliate. Empezamos con el primer paso, Glorificar a Dios. ¿Cómo glorificar a Dios en un conflicto? Obedecerlo, confiar en Él, imitarle y agradecerle.
Obedecer por ejemplo significa hablar, ir y reconciliarnos (Mateo 18:15 y Mateo 5:23, 24). Dijo Jesús, “Si me amas, guardad mi mandamientos.” (Juan 14:15)
Confiar en Dios: “Y si la otra persona no responde como debe, ¿qué?” Todavía no he encontrado nada en la Biblia que dice que no tengo que obedecer sin una garantía de una respuesta que me agrada. ¿Es Dios soberano? ¿Es Dios bueno? ¿Este conflicto le tomó a Dios por sorpresa? ¿Creo que Romanos 8:28, 29 aplica?
Imitar: “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.” El conflicto es una oportunidad de imitar a Jesús, haciendo bien a los que nos aborrecen, bendiciendo a los que nos maldicen y orando por los que nos calumnian. (Lucas 6:27, 28) Jesús siempre hablaba la verdad en amor preocupándose por el bien de todos.
Agradecerle: “Dad gracias en todo porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” (1 Tesalonicenses 5:18).
En un conflicto, si nos acordamos de que nuestra responsabilidad es obedecer y la responsabilidad de Dios es cambiar corazones, podemos recuperar el control de nuestras actitudes y acciones para no desmayar en hacer el bien y así glorificar a Dios.
Respondiendo de Manera Bíblica a los Conflictos
Basado en el libro El Pacificador por Ken Sande, RDM, Springfield, Missouri, 1997 (En Español 2000).