El Papa acaba de llamar a la propiedad privada un “derecho secundario”. No podría estar más equivocado.
Desde que se convirtió en la cabeza de la Iglesia Católica en 2013, el Papa Francisco no ha evitado los asuntos de competencia política. El domingo, el líder religioso utilizó la pandemia COVID-19 para renovar sus críticas al capitalismo de libre mercado.