“Pero nosotros sabemos que la Ley es buena, si uno la usa legítimamente. Reconozcamos esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los que matan a sus padres o a sus madres, para los asesinos, para los inmorales, homosexuales, secuestradores, mentirosos, los que juran en falso, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrina, según el glorioso evangelio del Dios bendito, que me ha sido encomendado”. 1 Tim 1:8-11 NBLA
El justo vivirá por fe. Habacuc 2:4; Romanos 1:17
Un error común en la interpretación de este pasaje es concluir que el justo no está obligado vivir según la Ley. La Ley no es para el justo sino para los rebeldes, insubordinados, impíos y pecadores, etc. La conclusión incorrecta es que no hay ley ninguna para guiar la vida del dicho justo. Aparentemente cada justo hace lo que le parece bien ante sus propios ojos. ¿Es el justo una ley a sí mismo?
Primero, ¿qué es lo que Identifica al justo como un justo si no es una vida conforme a la ley? La palabra traducida “transgresores” es ἄνομος en griego, uno que no tiene respeto para la ley, un quebrantador habitual de la ley. Literalmente significa “sin ley” o “menos la ley.” Si la ley es para el que vive menos la ley o sin la ley, ¿cómo podemos concluir que el justo no vive por la ley? El opuesto de un quebrantador de la ley es uno que la obedece. El justo seguramente no es autónomo de la ley o una ley a sí mismo. El instante que el justo ignora la ley se convierte en un “a-nomos” un transgresor de la ley.
Segundo, el pasaje no está hablando de la justificación que es parte de la salvación sino del uso correcto de la ley por el justo que vive por fe. Pablo habla de la justificación en otros pasajes. Nacemos bajo una sentencia de pena de muerte. Somos justificados en Cristo en el sentido que la sentencia contra nosotros está legalmente cancelada. “El anuló el acta que había contra nosotros, que por sus decretos nos era contraria, y la ha quitado de en medio al clavarla en su cruz” (Colosenses 2:14). Una vez justificado, ¿cómo vive el justo? Vive por fe, Romanos 1:17, una cita de Habacuc 2:4. Acerca de este pasaje R.J. Rushdoony observa:
“El justo vivirá por la fe” es, como hemos visto, una cita de Habacuc 2: 4; el orador es Dios mismo. Para entender lo que significa la fe, tenemos que estudiar la palabra hebrea usada en Habacuc 2:4. Es אֱמוּנָה (emauah), lo que significa fidelidad, estabilidad, firmeza; la palabra griega usada en Romanos 1:17 es πίστις (pistis), que tiene el mismo significado.
Vivir por fe significa vivir por la fidelidad a Dios y Su pacto, un pacto de ley dada como un acto de gracia por Dios el Señor. (Rushdoony, R.J. Romans & Galatians. Vallecito, CA: Ross House Books, 1997, p. 11)
Tercero, los delitos en el pasaje son violaciones de leyes de las cuales el gobierno civil es responsable para aplicar las sanciones en la en la Ley de Dios. La ley no es para el justo en el sentido de que el gobierno civil no tiene poder sobre él porque obedece la ley, no comete estos delitos.
Cuatro, el pasaje empieza con un “pero” contrastando el uso legítimo de la ley con los que “quieren ser maestros de la Ley, aunque no saben lo que dicen ni entienden las cosas acerca de las cuales hacen declaraciones categóricas.” (1 Timoteo 1:7) Lo que sigue explica el uso correcto de la ley, en particular, las sanciones delegadas al gobierno civil.
Quinto, la lista de delitos es una lista parcial. Todos los delitos son lo que es contrario a lo que es según la sana doctrina, la sana enseñanza. ¿Debemos concluir que la sana doctrina está en contra de la Ley o que el justo es exento de la obligación de vivir según la ley? “¿invalidamos la ley por la fe? ¡De ninguna manera! Más bien, confirmamos la ley.” Romanos 3:31. Además, el pasaje concluye con una afirmación que esta enseñanza acerca del uso correcto de la ley es según el glorioso evangelio encomendado a Pablo. Aparentemente la ley es parte del evangelio, las buenas nuevas del Reino de Cristo.
Resumen: el pasaje no habla de la doctrina de la justificación sino del uso correcto de la ley. La ley es para el quebrantador de la ley. El opuesto, el justo, no es autónomo sino uno que vive por fe: fidelidad a Dios y su Ley dada como un acto de gracia. Según la lista de delitos, el texto habla de las actividades criminales sobre que el gobierno civil tiene responsabilidad de aplicar las sanciones en la ley, la pena de muerte por ejemplo. La ley no es para el justo en el sentido de que el justo obedece la ley, no comete estos delitos, así que el gobierno civil no tiene poder sobre él.